Hace unas semanas me llegó un mail de qué era hora de renovar la marca, que se acercaba el vencimiento, y creo que me bajó un poquito la presión.
Aunque diez años no es nada dice la canción del Cuarteto de Nos, diez años para mi (una persona de -casi- 31) es un montón. Un tercio de mi vida si nos ponemos estadísticos.
Y hoy mi bebé cumple 10 años y yo realmente no lo puedo creer.
No lo puedo creer porque NO, NO pasó volando, y NO tampoco fue fácil.
¿Creen que hace 10 años EB – o yo misma- era lo que es ahora?
Todo lo contrario, me atrevería a decir que los primeros 3/4 años de EB fueron los peores de mi vida, pero por lejos. Llegue a un punto, dónde convivía con una carrera universitaria, un trabajo en relación de dependencia que era el que todo el mundo soñaba para mí -menos yo-, y un proyecto al que le daba poca bola y que con suerte y a los golpes me había dado un par de bodas con clientes (perdón si alguno anda por acá) que no eran tan buenos.
Y en el medio, estaba yo, una mini mujer – era mini – que no tenía ni idea de que quería hacer de su vida, de qué estaba bien o qué estaba mal, pero si sabía que estaba abrumada y que no podía más. Así que lo solté. Sí, en 2015 solté a EB, que hoy es uno de mis mayores orgullos, dije: “emprender no es para mí” y tire la toalla (y spoiler alert: el pozo se hizo más profundo).
Y se los cuento porque también es parte ¿no? Equivocarse, cagarla fuerte, arrepentirse y por sobre todo, volver a empezar. Para mí, de eso se trata emprender: de estar listo todo el tiempo para volver a empezar.
Luego de unos meses de mucho trabajo interno, en 2016 volví, tímida, con miedo, pero absolutamente más decidida: con plan de salir de mi trabajo en relación de dependencia – pero con tranquilidad ya que había que pagar el alquiler-, con un plan de negocio más claro, pero con lo más importante: la claridad de que -como hoy- EB era mi prioridad.
¿Y saben para mí que me cambio fuerte en esa vuelta a empezar? El decidir no hacerlo sola. El entender que si quería para esto un proyecto serio tenía que buscar aliados, para hacerlo más fuerte y potenciar lo que ya tenía. Y ahí empecé a entender lo que realmente conlleva armar un equipo. Desde invertir en formaciones y mentores que guíen en el camino, hasta atreverse a ese paso que al principio parece utópico pero que si haces las cosas bien llega rápido: contratar a alguien.
Y así, ya ahora en plural, lo dimos todo.
Con más fuerza y más ganas que nunca, haciéndonos cada vez más fuertes y más profesionales hasta llegar a lo que hoy creo que es el mejor equipo que se puede tener.
¿Y saben qué? Hace 4 años que digo lo mismo y hace 4 años que no para de haber cambios y crecimiento. Tal es así, que en una consultoría el otro día, le pregunté a nuestras consultoras si esto estaba bien, y simplemente me dijeron que me prepare, porque significa que EB esta entrando en su estado de madurez y casi me da algo (sí, recuerdo haber estudiado estas cosas en la facu, y vivirlo es un flash), como casi me da algo cada vez que pienso en el futuro, porque si algo se de este proyecto es que todo lo puede y eso también da vértigo.
Y obviamente un post de este calibre no puede cerrar sin agradecimientos.
El primero, sin dudarlo es a EB por si mismo, porque perdón, pero yo lo creo una entidad ajena a mí, o a cualquiera de las chicas, una entidad que supo absorber lo mejor de todas las personas que pasaron por ella, y que me sorprende a diario.
Y por supuesto al equipo, sin el empuje, la energía y la fuerza de estas mujeres, nada sería lo mismo: @pazmunno @vickymova @olineunann @cami.blousson y @luchi.adaro, junto a nuestras coordinadoras, gracias por tener la camiseta tan puesta.
También, destacar a @_beliglesias y @sofichiarelli, saben que este logro – y un pedacito de EB por siempre – también es suyo.
Al equipazo de profesionales que nos acompañan todos los días para ser mejores @ceciliaolivemktg @tallerhouse @lucastodaro.ar @mairagall @holastudio.c @naconsultoria.marketing
A nuestros proveedores, en especial a esos que nos acompañan desde la época oscura, de sillas de plástico, de timings errados, de consultas realmente tontas. Gracias por enseñarnos tanto.
Quiero que sepan que siempre dije que a los 10 años tirábamos la casa por la ventana, pero bien casa de herrero, cuchillo de palo. Quizás en comentarios nos convencen!
Feliz cumple EB! Como diría el gran Duki: después de tantos años yo no le diría suerte.